Nota Por: María G. Velarde Aguilar
La especie Canis lupus, es uno de los mamíferos más ampliamente distribuidos a nivel mundial, incluyendo los continentes Americano, Europeo y Asiático. Existen muchas subespecies de lobo y la mexicana recibe el nombre de Canis lupus baileyi.
Esta especie ha tenido una gran importancia en la cosmovisión de los pueblos indígenas de México. Por ejemplo en la pirámide de la Luna de Teotihuacán y en el Templo Mayor, ubicado en el corazón de la ciudad de México, se han localizado entierros con lobos y loberros (híbrido de lobo con perro), a los que se les confieren poderes míticos.
La subespecie mexicana es la más pequeña de Norteamérica. El cuerpo es delgado, la cabeza angosta, orejas grandes, rectas y redondeadas de la punta. La coloración del pelaje usualmente es café-amarillento a café grisáceo con las patas de color blanco amarillento y en las delanteras se encuentra una línea rojiza u oscura. El largo total es de 130 cm a 180 cm de largo y la altura de la cruz va de 60 a 80 cm, aproximadamente el tamaño de un perro pastor alemán. El peso corporal promedio en machos es de 33 kg, y en las hembras de 27 kg.
La distribución histórica del lobo mexicano incluía el suroeste de Estados Unidos (Arizona, Nuevo México y Texas) y en México la Sierra Madre Occidental (Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Zacatecas, Jalisco), la parte norte de la Sierra Madre Oriental (Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo), el Eje Neovolcánico (Estado de México, Morelos, Puebla) y Oaxaca. Pero actualmente no se encontrado ninguna población silvestre viable, por lo que se considera probablemente extinta en la naturaleza.
La mayoría de los lobos que hoy sobreviven se encuentran en cautiverio ya sea en zoológicos o en encierros especiales en los Estados Unidos de América y México y todos ellos provienen de los ejemplares capturados en los 70´s. Se sabe que esta subespecie está perfectamente diferenciada genéticamente del resto de las subespecies de Norteamérica, es por esto que los especialistas en lobos declararon al lobo mexicano como “la necesidad de más alta prioridad para la conservación de lobos en todo el mundo”.
Canis lupus baileyi habitaba en los bosques templados y pastizales, donde había más disponibilidad de presas. Pero también se podía encontrar en los desiertos mexicanos. Los lobos son carnívoros y jugaban un papel muy importante en la regulación de las poblaciones de grandes herbívoros. Entre sus presas habituales se encuentran: el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), el venado bura (Odocoileus hemionus), el berrendo (Antilocapra americana), el borrego cimarrón (Ovis canadensis), conejos (Sylvilagus spp.), liebres (Lepus spp.), el pecarí de collar (Pecari tajacu), el guajolote norteño (Meleagris gallopavo) y varios roedores.
Estos cánidos son animales sociales, que forman grupos de 5 a 8 individuos. Dentro de esta manada solo existe un macho dominante, las hembras con las que puede reproducirse, los juveniles y las crías. A lo largo del año cambian sus sitios de alimentación y para desplazarse forman una sola fila a lo largo de senderos naturales. La comunicación entre ellos se lleva a cabo a través de una gran cantidad de expresiones corporales y faciales, así como por medio de ladridos, gruñidos y chillidos, pero los más famosos y espectaculares son sin duda sus aullidos, que pueden escucharse a 2 km de distancia y son utilizados para que la manada se mantenga en contacto.
La reproducción es anual y el apareamiento ocurre a finales del invierno. Luego de una gestación de 60 a 63 días nacen de 5 a 14 cachorros en madrigueras que pueden ser ya sea cuevas subterráneas, o bien cavidades de troncos huecos y rocas. Cuando los cachorros alcanzan los tres meses de edad, abandonan su madriguera y los padres comienzan a enseñarles a cazar.
La madurez sexual se alcanza a los dos años de edad, y la longevidad en vida silvestre se estima de 7 a 8 años, por lo que si se considera un número de 7 crías por camada, entonces una hembra puede llegar a tener de 35 a 42 lobeznos a lo largo de su vida.
La mayor amenaza a la que esta especie se enfrentó en vida silvestre, fue la campaña de erradicación por parte de los gobiernos de Estados Unidos de Norte América y México durante los años 50´s debido a que los lobos atacaban el ganado; dicha campaña consistió en la cacería, captura, y envenenamiento del lobo y otros carnívoros, lo que dio como resultado la extinción del lobo en el territorio mexicano. Además también actualmente existe una gran pérdida de su hábitat por actividades agropecuarias y las poblaciones de sus presas han disminuido considerablemente.
Actualmente existen programas para la reproducción y liberación del lobo mexicano, sin embargo, existen muchos obstáculos para logran con éxito la recuperación de esta especie en vida libre, ya que los ganaderos no están muy a favor de la presencia de lobos que potencialmente puedan matar a su ganado, y muchos de los lobos liberados han muerto por envenenamiento o disparo con armas de fuego. Pero el 16 de junio de 2014 se encendió una luz de esperanza para el lobo mexicano, cuando se registró el nacimiento de cinco cachorros en vida libre, que es el primero después de 30 años.
El lobo mexicano recibe protección legal por parte de la Norma Oficial Mexicana que lo considera como una especie probablemente extinta en medio silvestre (E) (NOM-059-SEMARNAT-2001). Esta especie está incluida en el Apéndice II de CITES, a excepción de las poblaciones de Bután, India, Nepal y Paquistán, que se encuentran en el Apéndice I. La lista roja de especies amenazadas de la IUCN, la considera como especie de preocupación menor (LC), puesto que considera la distribución mundial de la especie, pero reconoce que existen poblaciones a nivel local que están extintas como la de México.
Fuentes
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). Lobo mexicano: Canis lupus spp. baileyi. Naturalista. Consulta: 31 de agosto de 2015.
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). 2011. Fichas de especies prioritarias. Lobo mexicano (Canis lupus). Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México, D. F.
Lara-Díaz, N. E., López-González, C. A., Coronel-Arellano, H. y Cruz-Romo, J. L. 2015. Nacidos libres: en el camino a al recuperación del lobo mexicano. CONABIO. Biodiversitas 119:1-6.
Mech, L.D. y Boitani, L. (IUCN SSC Wolf Specialist Group) 2010. Canis lupus. The IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2015.2. Consulta: 31 de agosto de 2015.
Fotografías
1. Carlos Galindo Leal, CONABIO.
2. Miguel Ángel Sicilia Manzo, CONABIO.
3. Manuel Grosselet, CONABIO. Banco de Imágenes de CONABIO
Videos
https://www.youtube.com/watch?v=9xq2HwYf3ag
La especie Canis lupus, es uno de los mamíferos más ampliamente distribuidos a nivel mundial, incluyendo los continentes Americano, Europeo y Asiático. Existen muchas subespecies de lobo y la mexicana recibe el nombre de Canis lupus baileyi.
Esta especie ha tenido una gran importancia en la cosmovisión de los pueblos indígenas de México. Por ejemplo en la pirámide de la Luna de Teotihuacán y en el Templo Mayor, ubicado en el corazón de la ciudad de México, se han localizado entierros con lobos y loberros (híbrido de lobo con perro), a los que se les confieren poderes míticos.
La subespecie mexicana es la más pequeña de Norteamérica. El cuerpo es delgado, la cabeza angosta, orejas grandes, rectas y redondeadas de la punta. La coloración del pelaje usualmente es café-amarillento a café grisáceo con las patas de color blanco amarillento y en las delanteras se encuentra una línea rojiza u oscura. El largo total es de 130 cm a 180 cm de largo y la altura de la cruz va de 60 a 80 cm, aproximadamente el tamaño de un perro pastor alemán. El peso corporal promedio en machos es de 33 kg, y en las hembras de 27 kg.
La distribución histórica del lobo mexicano incluía el suroeste de Estados Unidos (Arizona, Nuevo México y Texas) y en México la Sierra Madre Occidental (Sonora, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Zacatecas, Jalisco), la parte norte de la Sierra Madre Oriental (Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Guanajuato, Querétaro, Hidalgo), el Eje Neovolcánico (Estado de México, Morelos, Puebla) y Oaxaca. Pero actualmente no se encontrado ninguna población silvestre viable, por lo que se considera probablemente extinta en la naturaleza.
La mayoría de los lobos que hoy sobreviven se encuentran en cautiverio ya sea en zoológicos o en encierros especiales en los Estados Unidos de América y México y todos ellos provienen de los ejemplares capturados en los 70´s. Se sabe que esta subespecie está perfectamente diferenciada genéticamente del resto de las subespecies de Norteamérica, es por esto que los especialistas en lobos declararon al lobo mexicano como “la necesidad de más alta prioridad para la conservación de lobos en todo el mundo”.
Canis lupus baileyi habitaba en los bosques templados y pastizales, donde había más disponibilidad de presas. Pero también se podía encontrar en los desiertos mexicanos. Los lobos son carnívoros y jugaban un papel muy importante en la regulación de las poblaciones de grandes herbívoros. Entre sus presas habituales se encuentran: el venado cola blanca (Odocoileus virginianus), el venado bura (Odocoileus hemionus), el berrendo (Antilocapra americana), el borrego cimarrón (Ovis canadensis), conejos (Sylvilagus spp.), liebres (Lepus spp.), el pecarí de collar (Pecari tajacu), el guajolote norteño (Meleagris gallopavo) y varios roedores.
Estos cánidos son animales sociales, que forman grupos de 5 a 8 individuos. Dentro de esta manada solo existe un macho dominante, las hembras con las que puede reproducirse, los juveniles y las crías. A lo largo del año cambian sus sitios de alimentación y para desplazarse forman una sola fila a lo largo de senderos naturales. La comunicación entre ellos se lleva a cabo a través de una gran cantidad de expresiones corporales y faciales, así como por medio de ladridos, gruñidos y chillidos, pero los más famosos y espectaculares son sin duda sus aullidos, que pueden escucharse a 2 km de distancia y son utilizados para que la manada se mantenga en contacto.
La reproducción es anual y el apareamiento ocurre a finales del invierno. Luego de una gestación de 60 a 63 días nacen de 5 a 14 cachorros en madrigueras que pueden ser ya sea cuevas subterráneas, o bien cavidades de troncos huecos y rocas. Cuando los cachorros alcanzan los tres meses de edad, abandonan su madriguera y los padres comienzan a enseñarles a cazar.
La madurez sexual se alcanza a los dos años de edad, y la longevidad en vida silvestre se estima de 7 a 8 años, por lo que si se considera un número de 7 crías por camada, entonces una hembra puede llegar a tener de 35 a 42 lobeznos a lo largo de su vida.
La mayor amenaza a la que esta especie se enfrentó en vida silvestre, fue la campaña de erradicación por parte de los gobiernos de Estados Unidos de Norte América y México durante los años 50´s debido a que los lobos atacaban el ganado; dicha campaña consistió en la cacería, captura, y envenenamiento del lobo y otros carnívoros, lo que dio como resultado la extinción del lobo en el territorio mexicano. Además también actualmente existe una gran pérdida de su hábitat por actividades agropecuarias y las poblaciones de sus presas han disminuido considerablemente.
Actualmente existen programas para la reproducción y liberación del lobo mexicano, sin embargo, existen muchos obstáculos para logran con éxito la recuperación de esta especie en vida libre, ya que los ganaderos no están muy a favor de la presencia de lobos que potencialmente puedan matar a su ganado, y muchos de los lobos liberados han muerto por envenenamiento o disparo con armas de fuego. Pero el 16 de junio de 2014 se encendió una luz de esperanza para el lobo mexicano, cuando se registró el nacimiento de cinco cachorros en vida libre, que es el primero después de 30 años.
El lobo mexicano recibe protección legal por parte de la Norma Oficial Mexicana que lo considera como una especie probablemente extinta en medio silvestre (E) (NOM-059-SEMARNAT-2001). Esta especie está incluida en el Apéndice II de CITES, a excepción de las poblaciones de Bután, India, Nepal y Paquistán, que se encuentran en el Apéndice I. La lista roja de especies amenazadas de la IUCN, la considera como especie de preocupación menor (LC), puesto que considera la distribución mundial de la especie, pero reconoce que existen poblaciones a nivel local que están extintas como la de México.
Fuentes
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). Lobo mexicano: Canis lupus spp. baileyi. Naturalista. Consulta: 31 de agosto de 2015.
Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (CONABIO). 2011. Fichas de especies prioritarias. Lobo mexicano (Canis lupus). Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas y Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad, México, D. F.
Lara-Díaz, N. E., López-González, C. A., Coronel-Arellano, H. y Cruz-Romo, J. L. 2015. Nacidos libres: en el camino a al recuperación del lobo mexicano. CONABIO. Biodiversitas 119:1-6.
Mech, L.D. y Boitani, L. (IUCN SSC Wolf Specialist Group) 2010. Canis lupus. The IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2015.2. Consulta: 31 de agosto de 2015.
Fotografías
1. Carlos Galindo Leal, CONABIO.
2. Miguel Ángel Sicilia Manzo, CONABIO.
3. Manuel Grosselet, CONABIO. Banco de Imágenes de CONABIO
Videos
https://www.youtube.com/watch?v=9xq2HwYf3ag